Llegar primero e irse de último, la culpa de sentir que lo que se hizo no fue suficiente, evitar convivir con amigos porque es “pérdida de tiempo”, saltarse las horas de comida para terminar los pendientes…

Todas son señales de productividad tóxica. Un estado mental que te obliga a querer ser productivo siempre, haciéndote sentir culpable por hacer actividades porque son “una pérdida de tiempo”.

Pasa cuando una persona se exige de forma poco saludable para lograr más, a menudo a costa de su salud física y mental; haciéndola pensar que las acciones o actividades realiza deben llevar a una meta o a un logro más grande, quitándole el placer a otras actividades cotidianas como estar con amigos, salir a caminar o descansar.

Para entender mejor: la productividad tóxica puede provocar agotamiento, depresión y otras consecuencias para la salud física y mental. Rompe el ciclo:

• Recupera tu tiempo libre con límites de tiempo en el trabajo.
• Prioriza tus actividades fijando objetivos claros y realistas que puedas cumplir.
• Agenda tus descansos, tus vacaciones, practicar algún hobby, etc.
• Tómate un tiempo para existir, así es, que tu logro sea hacer nada.
• Desconecta tu celular, apagar las notificaciones puede hacer una gran diferencia.

De acuerdo con cifras de la OMS, 8 de cada 10 mexicanos padece el Síndrome del Burnout, que en ocasiones, puede ser una consecuencia de la productividad tóxica.

Recuerda que se puede ser eficiente sin exigirse demasiado.