Una religión es un conjunto de creencias, prácticas, costumbres y comportamientos dirigidos hacia la adoración de un ser divino. Tienen líderes espirituales que se encargan de interpretar “la palabra de Dios” para sus seguidores, algunos ejemplos son el Papa (catolicismo), el Dalai Lama (budismo) y los Jeques (islamismo). Muchas veces las religiones reciben donativos por parte de sus seguidores, para poder costear sus templos.

A grandes rasgos, parece que las religiones funcionan igual que las sectas. Pero no son lo mismo.

De acuerdo con Michel Iván Morones, politólogo por la Universidad Autónoma de Coahuila y estudiante de Teología en el Seminario Teológico Bautista Mexicano, la diferencia entre una secta y una religión es que las sectas son grupos pequeños con menos seguidores; buscan el secretismo, mantener todo oculto, desde su estructura hasta su forma de trabajo y financiamiento.  

Muchas veces son peligrosas porque llegan a manipular a sus seguidores hasta el punto de endeudarse al extremo, alejarlos de sus familias y en ocasiones, provocando su muerte.

Sectas religiosas como “La Luz del Mundo” y “NXIVM” mantuvieron a las mujeres como esclavas y víctimas de abusos sexuales durante años hasta que atraparon a sus líderes.

Mientras que otras como la “Iglesia Internacional de la Buena Noticia” en Kenia, convenció a sus seguidores de ayunar hasta morir para “encontrar a Jesucristo”.

En México, las sectas religiosas son ilegales, sin embargo las asociaciones religiosas registradas son más de 10 mil y están clasificadas en 244 religiones diferentes.