La membrana de la placenta madura llamada "capa de Nitabuch", fue nombrada así por Raissa Nitabuch, una patóloga rusa del siglo XIX. De hecho, solo hay un órgano del cuerpo nombrado después de una mujer porque cuando Elizabeth Blackwell se graduó como médica en 1849, los hombres ya llevaban dos años atribuyéndose nombres de órganos del cuerpo. Los más conocidos son:

El clítoris interno, mejor conocido como “Punto G”, fue descrito en 1950 por Ernst Gräfenberg, un ginecólogo alemán, como un área sensible cerca de la vagina y la consideró como “una zona erótica primaria, quizás más importante que el clítoris”. Hasta hoy es conocido como “punto G” por el apellido del ginecólogo.

Los tubos uterinos, mejor conocidos como “Trompas de Falopio” fueron descritos por Gabriele Fallopio, quien señaló que los tubos conectaban el útero con los ovarios. Y los músculos del suelo pélvico o “Músculos de Kegel” fueron nombrados en honor de Arnold Kegel luego de recomendar ejercitarlos después del parto. Otras partes que llevan el nombre de un hombre son:

• El fondo de saco rectouterino (“saco de Douglas”).

• Las glándulas periuretrales (“glándulas de Skene”).

• Las glándulas vestibulares mayores (“glándulas de Bartolino”).

• Los folículos ováricos (“folículo de Graaf”).

Por muchos años solo los hombres podían estudiar medicina y enseñarla, así que los cuerpos de las mujeres y sus partes íntimas, eran nombradas y estudiadas por varones. De las 432 partes anatómicas nombradas en honor a alguien:

• 424 tienen nombres de hombre.

• 5 tienen nombres de algún dios.

• 1 tiene el nombre de un rey.

• 1 tiene el nombre de una mujer.

Los tiempos han cambiado y ahora las mujeres tienen más oportunidades de involucrarse en campos científicos que antes eran “solo para hombres”. Tanto que actualmente en México, el 43.1% de estudiantes de medicina son mujeres, cosa que hace años se veía como algo imposible.