Rosa Isela tenía 20 años y esperaba a su primera hija. La familia tenía la ilusión, pues sería la primera nena entre tantos primos varones. Desapareció el 30 de noviembre en Veracruz y su cuerpo fue hallado sin vida tres días después con el vientre abierto. La asesinaron para robar a su hija. 

A Rosa Isela la engañaron con un perfil falso con el que prometían regalarle ropa para su hija pronta a nacer. Y aunque sus asesinos ya fueron vinculados a proceso y la bebé fue llevada con su padre, su historia abrió una herida latente en los últimos 12 años para el estado de Veracruz. 

El caso de Rosa Isea no ha sido el único en Veracruz, en 2020 y 2018 Alicia, Judith y Esmeralda fueron asesinadas aún embarazadas para quitarles a sus bebés, pues en el mercado negro muchos les ponen precios a sus curpecitos que van desde 500 mil a 2 millones de pesos. 

Según el  INEGI, entre 4 y 5 millones de parejas tienen problemas para embarazarse. Y aunque algunas víctimas son sustraídas para venta de órganos en el mercado negro, la mayoría de los casos apuntan a parejas con problemas de fertilidad.