Para que un tipo de sangre sea compatible con otro, no siempre deben ser de la misma letra, lo importante es que los anticuerpos dentro de la sangre, o sea, las proteínas que combaten infecciones, sean las mismas.

Por ejemplo, las personas de tipo A+ no podrían donarle a las personas B+, porque los anticuerpos de la sangre A dañarían a las proteínas de la sangre B, causando que la transfusión no funcione.

Los grupos sanguíneos se dividen en negativos y positivos, quedando: A+, A-, AB+, AB-, B+, B-, O+ y O-. Es importante conocer el grupo sanguíneo al que perteneces para que puedas donar sangre o en todo caso recibirla.

La mejor forma de averiguar tu grupo sanguíneo es con un examen llamado tipificación ABO. Estos se hacen en los laboratorios médicos.