Un peritaje independiente solicitado por la familia del actor arrojó que realmente no se suicidó como se dio a conocer por la fiscalía, sino que los policías alteraron la escena del crimen, pues murió sometido por los agentes Gerardo y Leopoldo “N”. 

En el peritaje se menciona que: 

• Benito no se suicidó, pues un disparo en la cabeza deja un tatuaje, quemadura y ahumamiento sobre la superficie de la piel, y él no lo tenía.
• El tipo de herida que Octavio tenía en la cabeza revela que le dispararon al menos a un metro de distancia.
• La medida de su herida no coincide con el calibre de su supuesta arma, sino con la bala de uno de los policías. 
• Nunca se encontró la bala con la que el actor se quitaría la vida.

Hasta ahora, este es un ejemplo de la brutalidad que puede tener la policía de México. Y por si tenías el pendiente, solo uno de los polis fue detenido, el otro sigue prófugo de la justicia y es buscado por la Interpol.