El pequeño Liam fue visto por unos niños que jugaban en la calle y notaron que algo estaba mal. Pronto, los demás vecinos se enteraron que, a través de la ventana, se veía a un niño encadenado. 

Liam había sido amarrado del cuello con una cadena de metal y abandonado en su casa sin agua ni comida, únicamente papel de baño y una cubeta para hacer sus necesidades. Su madre y el novio de la señora se habían ido y hasta la fecha no se sabe en dónde están. 

Los vecinos pidieron ayuda por las redes sociales para rescatarlo. Hablaron a las autoridades pero no llegaron al llamado, así que entraron a la casa para quitarle las cadenas y poner a salvo a Liam, quien fue llevado al Centro de Atención a Menores, Víctimas e Incapaces (CAMVI) para saber qué pasará con él. 

De acuerdo con testimonios de vecinos, la familia de Liam rentaba en esa casa, y por las huellas en el cuerpo del menor se pudo saber que sufría violencia en su hogar. 

Esta historia es real, y sucedió en Villas las Flores, Villahermosa en el estado de Tabasco. Pero el problema no para aquí, pues de acuerdo con cifras del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), el 63% de los menores de 14 años sufren agresiones físicas y psicológicas en su crecimiento.