Rumores, acusaciones, críticas, comentarios despectivos y burlas son el pan de cada día para los famosos en el periodismo de espectáculos, aquella rama que se encarga de cubrir las noticias de las figuras públicas.

Según el estudio “El espectáculo: ¿periodismo o chisme? Estudio de dos revistas mexicanas: TvyNovelas y TvNotas” publicado por la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Villa Rica,  el 78% del contenido en las revistas mexicanas está enfocado en la vida personal del famoso, mientras que lo profesional ocupa solo un 19%.

¿Hasta dónde se puede hablar de los famosos?

Hay un límite incluso dentro del periodismo, pues los artículos 6°, 7°, 14° y 16° de la Constitución Política hacen referencia a proteger la imagen y privacidad de las personas por igual, sin importar si son figuras públicas o no. 

Por lo tanto, los famosos por más reconocidos que sean tienen derecho a tener una intimidad. 

Pero aceptémoslo, la gente es chismosa por naturaleza. Y antes de que te ataques, debes entender que no lo digo yo, sino el análisis hecho por la Universidad de California en Riverside, el cual arrojó que en promedio, las personas chismean 52 minutos diarios. 

Se sabe que no hay nada de malo con ser chismoso por el derecho a la libertad de expresión, siempre y cuando tu libertad no perjudique a terceras personas ni se rebase la línea de la prudencia. Y esto último está escrito en la ley. Sin embargo, muchos medios de comunicación hacen de todo con tal de tener el programa, la nota o la entrevista con más rating. 

En pleno 2023, aún hay notas sacando del closet a un famoso o inventando romances, programas criticando cuerpos ajenos y causando rupturas, y medios divulgando información privada de los famosos. Lo cual deja ver que aún hay mucho por cambiar.